Las flores tienen su propio lenguaje. Si se aprende, podremos decir muchísimas cosas con ellas. Hay flores para el amor y flores para la muerte; flores para la amistad y flores para la alegría. Pero algo que es fundamental, es saber combinar los colores cuando hacemos ramos de flores para que así queden en un perfecto estado y sean lo más armoniosos posible.
Confeccionar buenos ramos de flores es todo un arte. Y si bien es cierto que, afortunadamente, las flores tienen una grandísima variedad de colores y de formas que nos dan una libertad y una capacidad creativa similar a la de los grandes pintores, no menos cierto es que es difícil, cuando tenemos tantos colores y formas a nuestra disposición, confeccionar buenos ramos de flores que guarden toda esa armonía y esa belleza.
Hay que tener en cuenta, cuando se trata de combinar los colores a la hora de confeccionar ramos de flores, cuál es la disposición de los colores en la rueda de colores. Así, hablaríamos de colores complementarios cuando el contraste es máximo por estar formados por una parte por un color primario y por la otra por la mezcla de los otros dos: Serían los pares naranja/azul, morado/amarillo o rojo/verde. Estaríamos ante colores armoniosos cuando un color primario participase en el secundario. Así, el rojo sería armonioso con el morado, pues el morado se obtiene a base de rojo y azul.
Varias son entonces las combinaciones de colores que podemos hacer cuando elaboramos ramos de flores. Por ejemplo, podremos optar por una serie de tonalidades parecidas y apostar por un ramo monocromático: Así, podemos combinar diferentes flores rojas – o moradas, o blancas… – que tengan, todas ellas, un mismo color en diferentes variedades. Sería por ejemplo cuando combinamos rojas rosas con amapolas del mismo color y obtenemos ramos de flores de un color o tonalidad homogéneo.
Los ramos de flores pueden combinarse de muchísimas maneras
Hay también quienes se decantan por el contraste. En este aspecto habría que destacar los ramos de flores que cuentan con colores que contrastan mucho entre sí, como podrían ser por ejemplo el blanco y cualquier otro color. De esta manera al contrastar blanco y otro color, como azul o rojo, podemos dar con soluciones muy llamativas e incluso podemos imitar los colores de un equipo de fútbol o deportivo que sea importante para quien recibe las flores.
Otra forma de hacer los ramos de flores que no suele abundar mucho pero que no está exenta de gracia, consistiría en hacer escaleras de tonalidad favoreciendo la armonía. Así, como si de una partida de póker se tratase, intentaríamos hacer escaleras de color de más oscuro a más claro, o, incluso, reproduciendo los colores del arcoíris en orden. Esto lo podemos hacer cuando tenemos muchas flores a nuestra disposición de diferentes estilos y maneras.
Así, ya sea optando por el contraste, ya sea optando por la monocromía o por la armonía, hay innumerables maneras de combinar los colores a la hora de confeccionar ramos de flores; pues las posibilidades son infinitas. Éstas son solo algunas manares de hacerlo.